EDUARDO CÁCERES, EL CANCERÓLOGO DEL PERÚ

Solapas principales

El doctor Eduardo Cáceres Graziani, para decirlo sin ambages, fue un profesional médico de un “designio providencial”. Entrenado en prestigiosas instituciones especializadas de Estados Unidos de NA, y en el pleno ejercicio de la especialidad en el hospital de cáncer más famoso del mundo, acepta el requerimiento de las autoridades de la salud de Lima para re-crear una institución para el estudio y atención de los tumores malignos. Asumido el reto, deviene en el cirujano, jefe de departamento, administrador, director médico y empresario a tiempo completo y dedicación exclusiva de una empresa de, por y para el beneficio del cáncer en el Perú; convirtió a esta empresa insolvente en la millonaria dueña de un “palacio para enfermos pobres de cáncer”, sin que pasara jamás por su mente la idea de  hacer fortuna personal.

 

Todo lo que hizo ECG el año 1952 fue “revolucionario”, tomando por sorpresa al más bien conservador “establishment” médico de la época. Introdujo el concepto de la especialización en cáncer persuadiendo a notables figuras de la medicina de la época; predicó y practicó su credo por la excelencia contra el “amiguismo”; implementó un programa de especialización  postgrado  en cáncer, de admisión por concurso, de selección piramidal, a tiempo completo y a dedicación exclusiva; fervoroso creyente de la educación y la investigación, organizó sesiones hospitalarias de conferencias, discusiones, presentaciones y promovió con entusiasmo la publicación de trabajos médicos científicos de la especialidad, apoyando además incondicionalmente las becas y viajes de perfeccionamiento de los médicos de la institución. Y se mantuvo alejado de la política, rechazando reiterados requerimientos para que acepte el ministerio de salud.

 

Convencido de la conveniencia de que una institución como el INEN que tenía en mente estuviera sostenida por un staff  dedicado total y exclusivamente al ejercicio  profesional y a la producción científica, promovió un régimen de trabajo “full time geográfico” – toda la práctica profesional dentro de la institución- y predicando con el ejemplo no dudó en implementar para el director de la institución el régimen “full time dedicación exclusiva” en el cual la práctica privada dentro de la institución, fuera de los horarios de trabajo hospitalario, era  contabilizada en la caja del hospital y servía para financiar el sueldo mensual asignado al director médico. En la práctica, la suma de los honorarios de los pacientes atendidos por el médico director superaba largamente a la cantidad asignada como sueldo del mismo. Sin embargo, la política perversa satanizó esta medida y el mismo Eduardo Cáceres  gestionó administrativamente la anulación de la Resolución respectiva.

 

Un párrafo aparte para ECG  maestro e investigador y promotor. El doctor Cáceres enseñó a operar primero y a operar cáncer luego a varias generaciones de residentes del programa de postgrado del INEN, y lo hizo gallardamente, renunciando a la comodidad de ser asistido por un miembro del staff para darle a un par de novatos la oportunidad inédita de operar con el maestro. Las conferencias semanales del hospital lo tenían como su invariable asistente y entusiasta participante de las discusiones, lo mismo que ocurría con los congresos  a nivel nacional e internacional. Como si no fuera suficiente, el doctor Cáceres persiguió a lo largo de su vida institucionalizar la investigación del cáncer en el Perú; lo hizo introduciendo un Departamento de Investigación  en el organigrama institucional y reclutando para su dirección sucesivamente a 5 notables científicos de la época. Y consciente de que la investigación del cáncer en el Perú debía comenzar por hacer un registro nacional del cáncer, organizó el registro hospitalario con un modelo de biblioteca de historias clínicas primero y luego formando estadígrafos especializados  que lamentablemente no concretaron la empresa.

 

Que el ocaso no existe en la vida científica de estos “providenciales” lo demuestra el hecho de que en el periodo previo a su retiro por límite edad ECG se entregó a la planificación, construcción y organización de su ideal de INEN dedicado a la Investigación Clínica, y al anexo Instituto de Investigaciones Oncológicas “Maes Heller” dedicado a la investigación básica científica. Esta última institución fue el refugio donde ECG diligentemente recopilaba la información con la que editó el Registro de Cáncer de Lima Metropolitana y lo entregó al país poco tiempo antes de terminar su vida corporal.

 

 Lima. 25 de febrero de 2015