El Dr. W. Coley, jefe del servicio de tumores óseos del MSKCC, intentó tratar cáncer inoculando “productos bacterianos” a más de mil pacientes con cáncer incurable y reportó “la regresión del tumor en algunos individuos”; el Dr. G. Mathé, del Hospital Paul-Brousse de París inoculaba Bacilo de Calmett-Guerin, BCG, para estimular la inmunidad de los pacientes con leucemia. Estos tratamientos, así como la inyección de células tumorales o sus extractos utilizados con el propósito de inmunizar pacientes aquejados de cáncer, en una forma de inmunoterapia activa, no dieron resultado favorable y han sido abandonadas. El Sistema Inmunológico que la naturaleza ha ido creando a lo largo de los siglos para defendernos de la constante agresión de organismos extraños como virus, bacterias, hongos, y patógenos unicelulares y multicelulares desafiaba todos los intentos de ser modulado para una respuesta inmune contra el cáncer.
La inmunidad humoral, la inmunidad de los anticuerpos producidos por las células B, es ya una herramienta aplicada para la prevención del cáncer relacionado a infecciones. En efecto, la vacunación contra el virus del papiloma humano, así como el virus de la hepatitis B y el herpes virus-8, y también para Helicobacter Pylori, podrían contribuir a disminuir la incidencia de cáncer de cuello uterino, de hepatocarcinoma, sarcoma de Kaposi y el cáncer del estómago en la estrategia de prevención primaria de cáncer.
El empleo de la inmunidad humoral para el tratamiento del cáncer recién fue posible, con la genial creación del hibridoma, cruce de células del bazo de ratones inmunizados, con células de mieloma (plasmocitoma), el tumor fabricante de anticuerpos. En 1975 Kohler y Milstein habían legado a los inmunólogos esa gema de herramienta que son los anticuerpos monoclonales; con los AbMo fue posible atacar en forma selectiva y específica clonas o colonias de células tumorales con identidad e individualidad inmunológica. La cosecha ha sido abundante: el Rituximab es un AbMo específico para los antígenos de superficie de células de linfoma; el Bevacizumab que inactiva el VEGF (factor de crecimiento de endotelio vascular) de los tumores produciendo un efecto antiangiogénico en el cáncer de colon; el Trastuzumab que tiene como blanco específico a los receptores del VEGF o factor de crecimiento epidermal humano HER-2/neu del cáncer de mama, y muchos otros anticuerpos monoclonales contra formas específicas de cáncer.
La inmunidad celular, o inmunidad de las Células T, tiene ahora toda una tecnología, la Ingeniería Celular que ha hecho posibles una serie de complicados procesos: la Purificación Celular que consiste en separar un tipo de células, células T; Expansión celular estimulando la mitosis o división celular para cosechar un gran número de células hijas; Diferenciación Celular exponiéndolas a factores que promuevan su especialización, y Transferencia de genes que consiste en insertar genes nuevos o modificados a las células para cambiar su comportamiento y convertirlas en células asesinas del cáncer. La inmunidad targeted (dirigida, enfocada o específica) mediada por estas células está entregando ya los primeros frutos.
El Sipoleucel-T es la primera vacuna inmunomodulada conformada por células T de un paciente con cáncer de próstata obtenidas por feresis, incubadas y multiplicadas in vitro y condicionadas con antígenos prostáticos que al ser reinfundidas al paciente han logrado respuestas objetivas, aunque ni su costo ($95,000) ni la duración de la respuesta (4 meses) despierten entusiasmo. En un trabajo similar, los investigadores del Cancer Center de la U de Pensilvania extrajeron células T de pacientes con leucemia linfática y las modificaron genéticamente para expresar anticuerpos que atacan las células leucémicas portadoras de la proteína CD19 cuando son devueltas a la sangre del enfermo después de haber sido entrenadas para matar linfocitos CD19+.
El genio inagotable de los modernos inmunólogos usa una estrategia diferente para la inmunoterapia del melanoma maligno: el empleo combinado de Ipilimumab-anticuerpo monoclonal que bloquea la actividad de las células T asesinas y el AbMo Nivolumab que bloquea al receptor PD1 de apoptosis o muerte celular programada se ha reportado que produce respuestas objetivas en el melanoma metastásico tradicionalmente resistente a todo tratamiento.
Una avenida amplia y luminosa ha sido abierta para el tránsito de la investigación científica hacia la cura del cáncer……
18 de julio de 2015