Dr. Andrés Solidoro Santisteban
Aunque la historia de amor del hombre con el sabor dulce del azúcar y con la grasa y la proteína de animales se remonta a nuestros primeros ancestros, hace menos de un siglo que la ingesta de comida chatarra y la falta de ejercicio han creado la mayor endemo-epidemia de la historia de la humanidad: dos mil millones de personas con obesidad mórbida o sobrepeso, según estudio publicado en “The Lancet”, con su respectiva catástrofe metabólica, y 3 millones de muertes anuales directa o indirectamente relacionadas a la obesidad. Pero, sin embargo, y a pesar de…el porcentaje de personas obesas se ha triplicado en USA, Alemania e Inglaterra y hasta en Italia, tierra de la “dieta mediterránea, como consecuencia del desarrollo de la industria alimentaria y su multimillonaria publicidad; en el Perú se ha reportado prevalencia de obesidad en 20 por ciento de mujeres y en 12 por ciento de varones.
La obesidad no es solamente una sobrecarga de grasa corporal bajo la piel. La población de adipocitos de la grasa, lejos de comportarse como un tejido huésped, discreto y silencioso, actúa como una glándula productora de hormonas y una factoría a de citoquinas (factores de crecimiento celular), interleukinas, (factor de necrosis tumoral). De esta manera interviene en múltiples procesos biológicos como la inflamación crónica, la activación de macrófagos y la hemostasia, que explican su importante rol de promotor del desarrollo de ciertos tumores. Una fuerte asociación ha sido encontrada entre el sobrepeso y el riesgo y/o el pronóstico de cáncer de mama, colon, riñón, endometrio y páncreas.
La obesidad es más frecuente (15 por ciento) en las mujeres que en los hombres (10 por ciento), y es mayor en la edad fértil, y las mujeres obesas tienen el doble del riesgo para desarrollar cáncer de la mama, la forma más letal de cáncer de la mujer, con un 20 por ciento de casos nuevos más que en el registro del 2008. Doscientos trentaicinco mil de esos casos se presentaron solo en USA donde una de cada ocho mujeres es diagnosticada de cáncer mamario, y se invierten ocho mil millones de dólares anuales en equipos de mamografía, especialistas, drogas, clínicas especializadas y todo lo que se puede comprar para paliar el miedo colectivo que causa saber que el riesgo de tener cáncer mamario es tan alto como 12.5 por ciento.
menor, es importante, “es epidémico”, y aumenta aceleradamente con el cambio en el estilo de vida de sus mujeres. En el Perú, el cáncer de la mama, con la mitad de la tasa de incidencia del cáncer mamario en USA, ocupa el primer lugar en frecuencia junto al cáncer uterino de la mujer, pero no dispone ni podría disponer, por razones económicas, del millonario soporte mamográfico que se necesitaría para el diagnóstico del cáncer mamario temprano en los dos millones de mujeres en riesgo de enfermedad. Lo lamentable es que tampoco se dispone de una rutina sistemática de vigilancia clínica en los establecimientos de salud, como consecuencia de lo cual la mayoría de mujeres peruanas llega a los servicios especializados con cáncer mamario avanzado.
¿Y si ponemos un letrero en todas las balanzas corporales que diga: “La gordura aumenta tu riesgo de cáncer mamario “….???
4 de enero de 2015