LA TETA ESTÁ ASUSTADA, y con mucha razón : un millón setecientas mil glándulas mamarias femeninas, comúnmente conocidas como mamas, senos o tetas, desarrollaron carcinoma de los conductos mamarios o sea cáncer de seno, en el año 2012, según Globocán, Registro de cáncer de la Agencia en Lyon de la OMS Este es un inusitado e inexplicable aumento de 20 por ciento en su frecuencia del año 2008. El cáncer de la mama es además, la forma más frecuente de cáncer, y la primera causa de muerte por cáncer en mujeres.
El número de casos de cáncer de seno en las mujeres de los países ricos sigue siendo mayor que el de las de los países menos favorecidos. Mientras que la incidencia de cáncer mamario es 90 o 100 casos por cien mil de población en Estados Unidos de N.A. y Europa, en países pobres de América Latina y África la cifra es de 30 a 40 por cien mil. Esta diferencia estadística plantea una relación causal entre el “estilo de vida occidental”– léase sobrepeso, vida sedentaria, control de la natalidad, consumo de alcohol- y la incidencia de cáncer del seno. El doctor Forman, jefe de la sección de cáncer de la IARC advierte, sin embargo, que “el cáncer de la mama es epidémico en América Latina” y que aumenta con el cambio en el estilo de vida de las mujeres.
Los países desarrollados no han podido reducir la frecuencia de cáncer de mama, pero han disminuido su mortalidad con inversiones millonarias en los costosos procedimientos de vigilancia, monitoreo y diagnóstico precoz, así como tratamiento multidisciplinario no desprovisto de efecto colateral económico tóxico. El diagnóstico precoz del cáncer de seno consiste en descubrir la enfermedad antes de que se forme un tumor o sea, una masa palpable en la glándula. Esto significa, por decirlo de alguna manera, detectar un cáncer antes de que el tumor mida 10 mm, es decir antes de que pueda ser palpado, detectado por la palpación.
El cáncer del seno en el Perú tiene todas las connotaciones negativas del cáncer en la mujer peruana: ocupa el primer lugar en frecuencia, junto al cáncer de cuello uterino; no dispone de un sistema de vigilancia ni siquiera clínico, menos “mamográfico”, para los dos millones de mujeres mayores de 50 años de edad, como consecuencia de lo cual, la mayoría presenta cáncer avanzado cuando llega al establecimiento de salud, y el elevado costo de los tratamientos está fuera del alcance de las mayorías del país. Es un deber cívico empezar el combate ya, implementar la rutina del autoexamen y el examen clínico de los senos para todas las mujeres mayores de 40 años; identificar a la población con factores de riesgo y ofrecerles programas de detección mamográficos; implementar clínicas de diagnóstico patológico, y estandarizar tratamientos con criterio de evidencias.
Saberdecancer.blogspot.pe
18 de octubre de 2014